Terapia y Orientación  PRESENCIAL y ONLINE  

TRATAMIENTOS


AUTOESTIMA

ANSIEDAD

ACOMPAÑAMIENTO A JÓVENES Y ADOLESCENTES

ORIENTADORA/MEDIADORA FAMILIAR

TERAPIA DE PAREJA

ESPECIALISTA EN DUELO


AUTOESTIMA

La autoestima es la percepción valorativa que tenemos de nosotros mismos, de nuestras capacidades, de quiénes somos. La autoestima va cambiando a lo largo de la vida, porque nosotros vamos desarrollándonos, y vivimos etapas, crisis o situaciones en la que la autoestima se puede ver comprometida. Por tanto es influenciable y podemos aprender a mejorarla.

Una adecuada autoestima es clave para poder enfrentarnos a los retos de la vida o a objetivos que queremos conseguir. Necesitamos sentirnos bien con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones, los cuales nos dan fortaleza para poder pasar a la acción.
Y por el contrario una baja autoestima nos puede llevar a sentir malestar emocional, anhedonia, cansancio mental, ánimo depresivo, falta de intencionalidad en lo que hacemos o sencillamente sentir pesadumbre y pesimismo.
La escucha reiterada de ésa voz que nos boicotea y nos lleva a tener incapacidad para tomar decisiones y por tanto no poder llevarlas a cabo.
Reforzar la autoestima nos puede llevar a dar ése “empuje” con nosotros mismos y fomentar nuestra fuerza interior. Sacar lo mejor de cada uno, llegar a nuestra mejor versión.

 

ANSIEDAD

La ansiedad es una reacción saludable que se activa ante una amenaza o un peligro. Las reacciones provocadas por la ansiedad tienen su inicio en los mecanismos cerebrales. El cerebro integra la información del pasado (recuerdos) con la información del presente (situación) para anticipar y prever el futuro (consecuencias).
La ansiedad se convierte en trastorno y/o ataque de ansiedad/angustia cuando esta reacción se activa en situaciones habitualmente no amenazantes ni peligrosas o de manera persistente, hasta el punto que interfiere en nuestra vida cotidiana.

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por presentar miedo o ansiedad intensa y/o una preocupación excesiva. Estos trastornos generan un importante malestar y afectan al funcionamiento habitual de la persona.

Se manifiesta con  síntomas físicos, como: presión en el pecho, bola en la garganta, aceleración del ritmo cardíaco, sudoración, sequedad de boca, mareos...

También aparecen la preocupación, pensamientos negativos, inseguridad, dificultad para tomar decisiones, hipervigilancia…

A nivel emocional se siente miedo, nerviosismo, pánico, impaciencia, inquietud…
Conductualmente la ansiedad nos lleva a comportamientos de escape o evitación. Así como quedándonos paralizados, llorando, tartamudeando, consumiendo exceso de tabaco o comida…

Toda ésta sintomatología puede ser abrumadora y genera un malestar en algunos casos insoportable. Tratar la ansiedad desde varios puntos, aliviando los síntomas, yendo al origen del problema y trabajarlo en terapia es muy recomendable.


ACOMPAÑAMIENTO A JÓVENES Y ADOLESCENTES

En la pubertad, previa a la adolescencia se comienza a dar un cambio en el infante, los cambios físicos a través de las hormonas (testosterona en chicos, estrógenos en chicas) se reflejan por ejemplo en crecimiento de vello, cambio en el tono de voz, ensanchamiento de caderas en las chicas…etc.

En la etapa de la adolescencia/juventud la persona que ya viene sufriendo diversos cambios desde hace un tiempo, aumenta considerablemente su desarrollo, con factores físicos y psíquicos, todo ello se debe a un importante crecimiento cerebral.

Éste cambio cerebral tiene tres zonas afectadas: por un lado, está la amígdala, que es el centro que genera las emociones, se vuelve hiperreactiva.

El segundo es la corteza prefrontal, la zona del cerebro que gestiona las emociones y que permite la reflexividad y la planificación, experimenta una gran reconfiguración en sus redes neuronales (mielinización).
Y por último estaría el estriado, otra zona del cerebro que es la que genera los sistemas de recompensa.
El adolescente vive por tanto una etapa con diversidad de cambios, donde busca novedades, excitabilidad emocional…etc, que le lleva a querer rebasar los límites en todos los ámbitos: educativo, social y familiar. Dentro de un límite es normal y necesaria ésta maduración.
También su poca capacidad reflexiva y su vivencia de cualquier situación con mucha intensidad, le lleva en algunas situaciones a sentirse desorientado, desanimado, sólo, distanciado de su familia, incomprendido, desconfiado, desvalorado e incluso vacío.
En medio de todos estos cambios puede surgir el conflicto y la necesidad de un acompañamiento para poder llegar al objetivo deseado sin “perderse” por el camino, en por ejemplo adicciones, disgustos emocionales, conflictos internos, obsesiones etc y salir de ésta etapa con una saludable autoestima y con ilusión y fuerza de afrontar los nuevos retos que la vida presenta.

 

ORIENTADORA/MEDIADORA FAMILIAR

La Orientación/Mediación familiar es la capacidad del orientador de poder “dar puentes” de comunicación y de mejoras emocionales y transversales en el seno de las relaciones familiares.

Una parte importante de nuestra felicidad va a depender de las adecuadas relaciones en nuestro núcleo familiar. Pues después de una jornada laboral intensa, un día de estudio y de tareas cotidianas diversas, ¿hay algo mejor que poder descansar en el seno de la familia? Llegar a casa y que huela a hogar, pero no sólo con los sentidos, sino que alguien me acoja, me escuche, me entienda y me apoye…

Todas éstas expectativas en algunas ocasiones se pueden ver frustradas, debido a diversidad de circunstancias, como por ejemplo el estrés, la adicción a las pantallas, el ensimismamiento de cada uno, la falta de comunicación, celos, los conflictos interpersonales, dilemas económicos, la crisis o enfermedad de un miembro de la familia y una multitud más de causas/consecuencias que a veces llevan a una red de malestar entre unos y otros dañando nuestras relaciones.

La Mediación familiar es una guía, una ayuda para la intervención en conflictos, lo que se puede llamar como “deshacer nudos” que se han manifestado en las redes familiares y no dejan avanzar para una convivencia agradable y feliz. Es una fuente de gran sufrimiento cuando los miembros de la familia no se entienden, y los nudos se hacen crónicos, llevando a un desgaste en el desarrollo familiar. Esto puede llevar en el peor de los casos, a violencia, infidelidades, deterioros grave de los vínculos…etc. Si la familia, sin embargo, supera los desafíos presentados, pueden crecer relaciones más fuertes, sólidas, con más respeto y por supuesto con más amor. Siendo así la familia amortiguadora de los desencuentros y frustraciones de la vida, siendo un “puerto seguro” donde todos son apoyados, perdonados, y amados con sus defectos y peculiaridades.

TERAPIA DE PAREJA

Se puede acudir a Terapia de pareja por muchos motivos: celos, infidelidades, falta o difícil comunicación, conflictos en la educación de los hijos, económicos, laborales, falta de dedicación a la propia pareja, incumplimiento de las expectativas del otro, problemas concreto en la sexualidad, desavenencias con la familia del cónyuge…etc

Si las dificultades se arrastran en el tiempo, la relación puede deteriorarse y llegar a un punto de inflexión o crisis en los que aparecen nuevas percepciones y sentimientos hacia nuestra pareja que nos conducen a distanciarnos y a perder puntos de unión emocional.
Cuando la ayuda se pide a tiempo, se pueden salir de estas crisis fortalecidos, unidos y llenos de ilusión por afrontar una nueva oportunidad juntos.
Mientras que cuando los problemas que no se solucionan, se van acumulando entre la pareja y a consecuencia aumentar los conflictos, las disputas, las ausencias, e incluso en el peor de los casos plantearse la separación.Se puede acudir a Terapia de pareja por muchos motivos: celos, infidelidades, falta o difícil comunicación, conflictos en la educación de los hijos, problemas económicos y laborales, falta de dedicación a la propia pareja, incumplimiento de las expectativas del otro, problemas concretos en la sexualidad, desavenencias con la familia del cónyuge…etc

Si las dificultades se arrastran en el tiempo, la relación puede deteriorarse y llegar a un punto de inflexión o crisis en los que aparecen nuevas percepciones y sentimientos hacia nuestra pareja que nos conducen a distanciarnos y a perder puntos de unión emocional.

Cuando la ayuda se pide a tiempo, se pueden salir de estas crisis fortalecidos, unidos y llenos de ilusión por afrontar una nueva oportunidad juntos.

Al contrario ocurre cuando los problemas no se solucionan y se van acumulando entre la pareja. Como consecuencia, aumentan los conflictos, las disputas, las ausencias, e incluso en el peor de los casos plantearse la separación.

 

ESPECIALISTA EN DUELO

El duelo reclama zurcir los “rotos” del corazón que la pérdida ocasiona, y aquellos otros descosidos que aparecen del pasado, sanando con paciencia y, en el mejor de los casos, de una buena compañía (terapeuta), mirando hacia una nueva vida.

Me encanta ésta frase, pues resume muy bien cómo se puede sentir cualquier persona tras el duelo. El duelo es un proceso, que conlleva unas fases y se puede ocasionar tras la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental e incluso tras la decepción ante un acontecimiento esperado. Si el proceso de duelo no se “sobrelleva” adecuadamente se puede enquistar produciendo un duelo de “tipo patológico” generando un sufrimiento crónico.

El duelo es un camino angosto, pero muy necesario. Pues después de pasar por los túneles de la tristeza y la decepción, surge la esperanza,  la tan ansiada luz al final del túnel. Cuando vuelve a aparecer el sol, después de éste proceso, uno no vuelve a ser el mismo. Ha crecido, ha superado, ha madurado.